lunes, 13 de agosto de 2012

Quién es mi prójimo


    En cierta ocasión, los periódicos informaron  que una mujer gaditana fue multada con 300.000 pesetas  por alojar en su casa  -la justicia diría que ocultó- a un inmigrante indocumentado.
    Poco después me enteré por la prensa de que un  taxista de la misma provincia, de nombre Antonio López López, fue encarcelado el 8 de febrero de 2001 por transportar a tres inmigrantes sin papeles. Ante tan horrible delito, la juez de Chiclana, Carmen Fornell, decretó la prisión  incondicional del reo, sin que fuese motivo  para cambiar de actitud que el ganadero Miguel Trujillo, declarase que fue él quien auxilió a los inmigrantes al verlos “mojados y medio muertos”, y quien solicitó los servicios del taxista.
    La lectura de estas noticias, y sobre todo la segunda, me dejó un amargo sabor de boca, ademas de confuso y estupefacto. En seguida me vino a la mente la parábola del Evangelio de San Lucas en la que Jesús, respondiendo a la pregunta capciosa de un doctor de la ley, “¿quien es mi prójimo?, le dijo; Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de  unos salteadores que, después de robarle y darle de golpes, se alejaron dejándolo medio muerto. Un sacerdote bajaba casualmente por aquel camino y, al verlo, se desvió y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, llegó junto a él, al verle, le dio lástima, se acercó y le vendó las heridas derramando en ellas aceite y vino: después, montándole en su cabalgadura, le llevó al mesón y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios se los dio al misionero, diciendo: “Cuida de él y lo que gastes de más te lo daré a la vuelta”. “Quién te parece que fue el prójimo del que cayó entre ladrones”? “El que le hizo misericordia” contestó. Jesús le dijo; “Anda y haz tú lo mismo”.
    Como personajes de siempre, el buen samaritano y el levita están entre nosotros. A uno, creyente de que veinte siglos de evangelización habían inspirado las leyes españolas e influido a sus servidores, se le tambalean las convicciones, y sus dudas se agrandan al escuchar el estentóreo silencio de la sociedad española, sobre todo cuando sale de las autoridades religiosas que dicen ser depositarias del mensaje  de Cristo.
    Solamente los compañeros de trabajo del taxista se manifestaron, quizá más por motivo de solidaridad laboral que de justicia, pero al menos alzaron su voz contra quienes legislan y quienes juzgan con tanta insensibilidad que niegan de hecho su condición de cristianos o simplemente, de personas decentes.
    Si yo estuviera en la piel de los inmigrantes, ¿a quién consideraría mi prójimo? Desde luego, no sería a la juez que, a la vista de la información periodística, hizo un  uso abusivo de la ley, también injusta. Las palabras evangélicas nos dan la respuesta sin ambigüedades.
    Un hecho reciente nos muestra que la pregunta del levita judío sigue vigente entre nosotros, precisamente frente al fenómeno migratorio. El Consejo de Ministros acordó recientemente excluir de la asistencia sanitaria a los inmigrantes irregulares, salvo que suscriban una póliza de 710 euros por año. Solamente  podrán hacer uso del servicio de urgencias y en caso de mujeres embarazadas. Se ha escogido como víctimas de las dificultades financieras actuales a los más pobres entre los pobres, los que carecen de trabajo y están en riesgo de ser expulsados si son identificados.
    Otro hecho similar se produjo en  estos días con el pago retrasado del subsidio de 400 euros concedido por el gobierno a 200.000 parados de larga duración que han agotado sus prestaciones y carecen de otros ingresos. Está en duda  la consideración de su continuidad.
    El reconocimiento del prójimo es la gran asignatura pendiente de los cristianos –y por supuesto, de quienes no lo son-  que no acabamos de aceptar el mandamiento de amar al prójimo como a nosotros mismos. Muchos se escudan en las palabras de San Pablo de que la verdadera caridad empieza por uno mismo, pero de ahí al desentendimiento, cuando no a la hostilidad, queda un largo camino que es menester recorrer.

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